En el continente
sudamericano, especialmente en la zona pampeana argentina, vivieron
hace millones de años, unas aves de gran tamaño que, con su dieta
carnívoras constituyeron las principales depredadoras de esa época.
Antes de empezar a detallar un cráneo muy particular del Plioceno,
repasaremos la historia de estos fabulosas especies y los diversos
hallazgos de las "Gigantes con Plumas" en distintas partes
del Planeta.
Nueva Zelanda y
Madagascar.
El ave de mayor altura
que tengamos noticias, fue Dinornis (Dinornis maximus) que vivió en
Nueva Zelanda hasta hace pocos siglos. Se cree que los primeros
nativos Maories contribuyeron a la extinción de este animal al que
llamaban "Moa".
El esqueleto montado en
el Museo de Historia Natural de Nueva York, alcanza una longitud de
casi 3,5 metros, sus huevos pesarían unos 4 kilogramos, y su masa
corporal esta estimada en 250 kilogramos. Con todas las
características mencionadas no era un ave de temer (salvo que nos
pisara un pie), ya que su dieta estaba constituida principalmente de
vegetales, matizada con pequeñas rocas para facilitar la digestión
y objetos varios (como el ñandu).
Otro descomunal ejemplar
sin dudas fue Epiornis (Epyornis maximus) denominada "ave
elefante", que según algunas buenas fuentes vivió hasta el
principio de la era cristiana en Madagascar. Su altura llegaba a los
2,5 metros de altura y podía pesar hasta media tonelada. Sus huesos
y restos de huevo que podrían tener el mismo volumen al de un
avestruz y pesar 8 kilogramos, seguramente fueron conocidos por los
viajeros árabes de la edad media, originando la famosa leyenda que
narra en "Las mil y una Noches", en que un ave gigantesca
podía llevar volando un elefante en cada pata y un tercero en el
pico.
 |
Estos seres estaban
emparentados con los actuales Kiwis de Nueva Zelanda, los Caasuarios
de Australia, los Avestruces de África y los Ñandues de América del
sur, compartiendo con estos la incapacidad de volar, debido a la
atrofia de los músculos pectorales y las fuertes patas las
convierten en poderosas corredoras. Puesto que es imposible subir a
una balanza a estas gigantescas aves extinguidas, no se puede
conocer el peso exacto de las mismas. |
El
método usado en estos y otros casos, es el de medir, pesar y
estudiar la estructura ósea con otros restos de aves vivientes que
tienen afinidad con estas. De este modo y a partir de pocos restos
podemos tener una mejor idea del aspecto en vida que tendrían los
especimenes y su relación con el medio que las rodeaban.
Terror de los
aires.
El
Teratornis
era el ave
voladora mas grande conocida. Su aspecto era similar al actual
cóndor, y su envergadura alar era de 5 metros. Sus restos proceden
principalmente de depósitos sedimentarios del Pleistoceno
(principios de la Era Cuaternaria), es decir, alrededor de 2 millones
de años de antigüedad, de América del norte, siendo registrados los
últimos fósiles hasta el principio del Periodo Holoceno, hace unos
10 mil años, época en que los seres humanos ya habían ingresado al
continente por medio del estrecho de "Bering".
 |
En la década de 1980,
Paleontólogos de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la
Universidad de La Plata, dieron a conocer el hallazgo de un
verdadero gigante emplumado, al que denominaron Argentavis
magnificens, considerando que su tamaño estaba cercano al máximo
impuesto por las leyes físicas de la proporción entre volumen, su
superficie alar y velocidad. ¿ Que caracterizo a estos nuevos
representantes ? |
En primer lugar es el
Teratornis mas
antiguo que se conoce, pues sus restos provienen de depósitos
sedimentarios del Mioceno, con una antigüedad estimada entre 8 y 6
millones de años, que corresponden a las Salinas de Hidalgo,
Provincia de La Pampa, Argentina. En segundo lugar, es el ave
voladora mas grande de todos los tiempos, ya que su envergadura fue
entre 8 y 10 metros. Como ocurre con muchos hallazgos de aves
prehistóricas, sus restos son muy fragmentarios, pero permiten
deducir algunas medidas. El largo del animal desde el pico hasta la
cola fue de unos 3,5 metros de longitud, en posición de descanso
habrá superado los 2 metros de alto. Su peso esta calculado entre 80
y 100 kilos. También podemos afirmar que las plumas de las alas de
esta ave tenían un metro de largo por 20 centímetros de ancho. Sus
principales características, hacen pensar a los Paleontólogos de que
se trata de un ave planeadora, limitando el aleteo al correteo y
despegue, aprovechando posteriormente las corrientes térmicas para
su majestuoso vuelo.
El alimento de estas
aves pudieron ser principalmente las mamíferos Notoungulatos, los
cuales habían alcanzado un grado de diversificación muy importante
para este periodo. Otros autores coinciden de que se trataba de un
animal carroñero, que detectaba cadáveres desde grandes alturas, o
que aprovecharía para espantar con su temible tamaño a los
carnívoros Marsupiales como el Thylacosmilus, y robarles sus presas.
Esta ultima hipótesis parece mas certera y próxima a la realidad.
Argentavis desaparece
rápidamente del rastro de los Paleontólogos, debido a que se conocen
varios huesos de un mismo ejemplar. Aun no esta claro la
desaparición de este tipo de golosos. Como siempre pasa, el
principal sospechoso es el clima, el cual estaba en pleno cambio y
las cordilleras de Los Andes alcanzaron su punto máximo,
interrumpiendo los fuertes vientos del Pacifico, ideales para el
planear de estas aves.
Corredoras
peligrosas
Otro grupo bien
representado en Sudamérica fueron los Fororracos, con alturas que
varían los 50 centímetros hasta los 2 metros, según la especie, y
que compartían varias características, como ser carnívoras o carroñeras,
buenas corredoras, alcanzando varios kilómetros por hora y la
incapacidad de volar. Los fósiles de estos animales eran bien
conocidos en Uruguay y Argentina desde principios de Siglo, cuando
el sabio Florentino Ameghino describió algunos restos
procedentes del Mioceno de Chubut, creyendo en un primer momento
que, esos enormes huesos colectados pertenecían a un Perezoso sin
dientes extinguido. Pero mucho tiempo después fueron hallados en
Brasil y otros lugares, como la Antartida. Pero es en nuestro
territorio donde alcanzan su mayor diversidad, la cual, ocurrió hace
unos 23 millones de años en la Patagonia, cuando los Fororracos
eran los carnívoros dominantes.
 |
El mayor volumen
corporal alcanzado por estas aves, se los atribuyen a Onactornis
depressus, cuyo nombre significa "El jefe de todas las
aves" y no estuvo muy lejos de esa realidad. Sus restos
proceden del Mioceno inferior de la Provincia de Buenos Aires, con
una antigüedad aproximada de 6 millones de años. Algunos
Paleontólogos creen que el desarrollo de pastizales en extensos
territorios contribuyo a la evolución de este enorme animal. Su
altura pudo ser cercana a los 2,5 metros. |
Por su
peso y lentitud se cree que era un ave carroñera, ya que le era
difícil perseguir y atrapar a una presa.
Un poco de
historia.
Porque las aves en
Sudamérica alcanzaron estas enormes proporciones? La teoría mas
aceptada es la que afirma que luego que comenzara la
división de la gran masa continental que existía hace 65
millones de años, Sudamérica se convirtió en una gran isla (como
Australia). En ella poco antes habían desaparecido los
Dinosaurios y otros vertebrados secundarios. Los únicos
depredadores existentes eran unos pequeños mamíferos con aspecto
similar a la actual zarigüeya, y no tan bien adaptados como
otros carnívoros placentarios, los cuales se estaban
desarbolando en otros continentes. |
Para mantener el
equilibrio ecológico, la naturaleza convirtió a las aves en
gigantescas predadoras, cumpliendo un papel muy parecido a los ya
extintos Terópodos de la Era Mesozoica, las que tuvieron el rol de
ser las principales consumidoras secundarias de la cadena
alimenticia. Coincidentemente con la desaparición de estas aves,
ingresan al continente luego de reestablecerse el istmo de Panamá,
otros tipos de vertebrados superiores, ocurrida hace 3 millones de
años.
Una pieza
llamativa
El cráneo hallado en
las proximidades de la ciudad de Miramar pertenece a uno de los últimos
representantes de la Subfamilia Psilopterinae y procede del Plioceno
tardío , considerado como Edad Chapadmalalense de la Provincia de
Buenos Aires, Argentina. El cráneo, cuya longitud actual es de unos
23 centímetros, fue hallado por el actual Director del Museo, el señor
Daniel Boh. En su preparación se emplearon técnicas estandarizadas
a cargo de su descubridor, consistió en extraer el fósil dentro de
un tocón, limpiarlo cuidadosamente con una auja de inseccion y
productos químicos. Esta preciada pieza se exhibe en el Museo
Municipal “Punta Hermengo” de la ciudad de Miramar. Si bien, no
se trata de un cráneo muy completo, y fue sepultado en malas
condiciones ambientales, posee algo que lo hace único, como la
preservación de la esclerotida ocular, esos pequeños y delicados
huesesillos ubicados en la orbita ocular. Asimismo se pueden
observar las marcas de un par de caninos en su parte superior.
 |
El tamaño de esta
ave pudo ser de 1,5 metros y se extinguió hace 3 millones de
años. Algunos representantes actuales y ciertamente emparentados
con esta familia, viven en la Republica Argentina. Los
dos y únicos representantes de la Familia Cariamidae: la chuña de
patas rojas (Cariama cristata) de unos 95 centímetros de altura y
la chuña de patas negras (Chunga burmeisteri) de unos 78 centímetros
de altura. |
Cráneo sin pico de Psilopterinae
preservado en el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.
|
Bibliografía
sugerida:
Patterson, B. y
Kraglievich, L., 1960. Sistemática y nomenclatura de las aves
fororracoideas del Plioceno argentino. Publicación del Museo
Municipal de Ciencias Naturales y Tradicional de Mar del Plata, 1
(1): 1-52.
Rusconi, C., 1958. Ave
fosil del Plioceno de Buenos Aires. Revista Museo Historia Natural,
21: 1-3.
Tambussi, C. P., 1989.
Las aves del Plioceno tardío – Pleistoceno temprano de la
Provincia de Buenos Aires. Tesis doctoral de la Universidad Nacional
de La Plata, inédita, 378 pp
Tambussi, C. P., 1995.
Aves. En: Alberdi, M. T., G. Leone y E. P. Tonni (eds.), Evolución
biológica y climática de la Región Pampeana durante los últimos
5 millones de años. Monografía del Museo Nacional de Ciencias
Naturales, CSIC, España, cap. 7: 145-161.
Tonni. E. P., 1980. The
present state of knowledge of the Cenozoic birds of Argentina. In:
Papers in avian paleontology honoring Hildegard Howard, K. Cambell,
ed., Contributions in Science. Natural History Museum of Los Angeles
Country, 330: 105-114.
Ameghino, F., 1905.
Enumeración de los impennes fósiles de la Patagonia e Isla
Seymour. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, 6: 97-167.
Magnussen Saffer, M,
2002. Miramar Prehistórica. Un testimonio del pasado bonaerense.
Serie de publicaciones independientes. Multimedios Sol. Miramar,
Impacto de un enorme
asteroide entre |
Mar del Plata y
Miramar. |
Por Mariano
Magnussen Saffer, Departamento Científico.
Laboratorio Paleontológico. Museo de Ciencias
Naturales de Miramar, Provincia de Buenos
Aires, Republica Argentina. Publicado en Paleo -
Revista Argentina de Paleontología.
Ilustraciones de Daniel Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Un grupo de investigadores reveló recientemente
que un gran Asteroide impacto contra la tierra,
hace unos 3,3 millones de años, provocando un
desequilibrio ambiental de proporciones
catastróficas, logrando la extinción de
numerosas plantas y animales que vivieron en el
continente Sudamericano durante la Era
Cenozoica, como las gigantescas aves corredoras
o los marsupiales Dientes de Sable.
La presencia de rastros geológicos abona esta teoría, de rocas
modificadas por altas temperatura “escorias” y la presencia de
“vidrios” producidos por calentamiento y enfriamiento rápido de
silicatos, parecen ser un indicio serio. En el año 1993, Peter
Schultz de la Universidad Brown en Providence, fue el primero en
atribuir este origen al material hallado en las costas del sur de la
Provincia de Buenos Aires, en un radio comprendido de al menos 50
Km., que pocos meses después Theodore Brunch especialista en
meteoritos y cráteres de la NASA, sostuvo que la hipótesis planteada
de un impacto de un meteorito en Argentina es por lo más correcta,
teniendo en cuenta la evidencia obtenida.
Según el estudio publicado en la prestigiosa revista científica
Science presentada el día 11 de diciembre de 1998, sostiene las
nuevas evidencias geológicas y paleobiologicas, que en un punto no
precisado correctamente en la República Argentina, habría chocado un
meteorito de tamaño considerable, situando el área de impacto entre
las localidades de Mar del Plata y Miramar, ubicadas sobre la costa
atlántica al sudeste de la Provincia de Buenos Aires de este país.
 |
Al comentar
el posible choque de una roca espacial y sus
posibles consecuencias, no podemos dejar de
recordar aquel hecho similar ocurrido a
fines del periodo Cretácico, que tuvo como
epicentro la península de Yucatán, en la
costa de México y que provoco la extinción
de los grandes Saurios, por entonces las
formas de vida más exitosas y fabulosas de
la evolución biológica.
|
De aquí salió una tesis similar que contestaría
décadas de preguntas incesantes sobre ciertas
características estratigráficas en Argentina en
particular, y su asociación con la desaparición
de algunos grandes vertebrados representativos
de la Era Terciaria Sudamericana.
Si bien el meteorito que se estrelló en Argentina fue de
proporciones menores al que extinguió a los dinosaurios, fue lo
suficientemente fuerte para provocar una cicatriz a la superficie
terrestre y a la historia natural del hemisferio sur.
La tesis que sostuvo la presente investigación, partió en la
observación de distintos fenómenos geológicos que aparecían en la
estratigrafía de los afloramientos sedimentarios pertenecientes al
litoral marítimo de estas localidades bonaerenses. Estos materiales
colectados en la región, denominados “escorias y tierras cocidas”
son frecuentes de observar, llamando la atención de la comunidad
científica desde principios del siglo XX. Fue así, que el sabio
Florentino Ameghino interpreto estos restos como vestigios de
antiguas culturas humanas, proponiendo el “Origen Terciario del
Hombre Americano”, hoy en día totalmente descartada. Pero el
antecedente más antiguo de estudio corresponde a 1865, la cual
sostenía una confusa teoría utilizada hasta hace poco tiempo, que
atribuía el aspecto cristalino y contraído de las escorias a un
posible origen volcánico, probablemente Patagónico.
Según lo que revelo la investigación realizada por los científicos
Schultz, Hames y King de Estados Unidos de América y Zarate y
Camilion de la República Argentina la naturaleza de estas rarezas se
habría originado a partir de un fenómeno poco frecuente para los
habitantes de este planeta, y que suceden cada miles de años.
 |
Fue, posiblemente, la tremenda energía
liberada en el impacto de un asteroide o de
un cometa la que fundió los materiales del
suelo y provocó la aparición de las
escorias, unas formaciones vesiculares, que
varían de 5 centímetros a 2 metros,
compuestas por una amalgama de metales de
apariencia cristalizada que solo se forman
por choques de gran velocidad, llamados
Baddleyitas, con un color variante, desde un
grisáceo oscuro a un verde muy vivo, con
huecos y burbujas, formadas por altas
temperaturas. También se obtuvo pequeñas
esferas de vidrios con alto contenido de
Níquel y Cromo. |
Se calcula que al instante de estrellarse el
asteroide contra la superficie terrestre en este
punto de Argentina, la temperatura paso de 0° a
una variaron instantáneo de 1720° a 1900°,
provocando además de extensas nubes de polvo y
escombro en la atmósfera circundante, con
gravísimos incendios a cientos de kilómetros a
la redonda, lo que se evidencia con la presencia
de tierra cocida de color ladrillo, lo que
demuestra a simple vista el desastre ecológico
ocurrido.
Los análisis radiométricos y magnetoestratigráficos realizados en
Geochron Laboratories, Cambridge, Massachussets, sugieren que se
formaron hace 3,3 millones de años, en el período denominado
Plioceno Medio – Superior de la Era Terciaria, el continente
Sudamericano estaba ocupado por aves de gran tamaño como el
Argentavis magnificens, con una envergadura de 8 metros, o
las feroces aves corredoras y carnívoras como Onactornis
depressus que superaban los 2 metros de altura y 200
kilogramos de peso. Otros representantes faunisticos eran los
mamíferos marsupiales como Thylacosmilus atrox o los
notoungulados con aspecto hipopótamos primitivos, llamado
Chasicotherium rothii, entre otros.
Por ahora no existe referencia exacta que aclare en dónde puede
estar situado el cráter principal del impacto del asteroide, debido
a que toda la región Pampeana Argentina es una zona de aluvión, que
durante millones de años ha ido depositando los materiales
volcánicos de la cordillera de Los Andes. Aparte hay que decir que
estas dos localidades balnearias de la costa bonaerense, hasta hace
unos 200 mil años atrás se hallaban en el centro del continente, y
las orillas marítimas se encontraban donde hoy en día se halla el
comienzo de la plataforma submarina, es decir, a unos 200 kilómetros
adentro de su ubicación actual, pero por los cálculos obtenidos en
el estudio, el posible área de impacto sería en la línea costera,
originada a partir de una roca espacial menor a 1 kilómetro de
diámetro, produciendo un cráter de unos 20 kilómetros de
circunferencia.
 |
El área concreta en donde aparecen las escorias y las
tierras cocidas, corresponden a una estratigrafía denominada
Formación Chapadmalal (Edad Chapadmalalense), una capa
sedimentaria que varía en un espesor de 5 centímetros a 1
metro según la zona, muy rica en material fosilífero, la
cual aloja en su interior las evidencias de una gran fuente
de calor que, de improviso, hubiera fundido los materiales
del suelo a temperaturas increíbles de experimentar,
integrado por lo que se denomina "Loess", depósitos
piroclásticos. |
En el caso de Argentina, aunque el área de
impacto y el tamaño del asteroíde fueran más
reducidos que la ocurrida en la peninsula de
Yucatán y que provocara un desastre universal,
la potencia de la explosión debió enviar al aire
cientos de miles de toneladas de escombros,
polvo y fuego que, según creen los expertos en
paleoastronomía, pudo ocultar el cielo durante
varios años en una región de cientos de
kilómetros a la redonda.
Esto acabó con gran parte de la vida vegetal y, por extensión con la
animal, que hasta entonces se los podía considerar como formas
biológicas exitosas, ya que evolucionaron aisladas del mundo durante
unos 40 millones de años, ya que, para el Paleoceno, América del Sur
se convirtió en un continente isla, como es Oceanía en la
actualidad, obteniendo de esta forma el desarrollo gradual de formas
vivientes únicas y que no se repitieron en otros continentes, como
por ejemplo, los fabulosos y populares Gliptodontes, armadillos del
tamaño de un automóvil.
Tal vez el impacto situado entre las ciudades de Mar del Plata y
Miramar ocurrido hace más de 3 millones de años, no creo una crisis
global como en otros casos previos, pero no hay duda que se hicieron
sentir sus efectos en el ámbito regional, exponiéndose rápidamente
al resto del continente Sudamericano.
Es importante aclarar, que gran parte de la paleofauna de América
del sur correspondiente al Cenozoico superior, es decir, de los
últimos 4 millones de años, proceden de los afloramientos geológicos
ubicados en el sudeste bonaerense, y que estos son los depósitos
fosilíferos más completos y claros en todo el mundo para esta época.
Es por ello que justo en esta parte del continente los
investigadores pudieron obtener resultados precisos de este
apocalíptico hecho natural, que no se apoya solamente de evidencia
geología, sino también de elementos paleobiológicos, teniendo en
cuenta que se extinguen por lo menos unos 36 géneros de grandes
vertebrados, más las especies representativas de cada uno de estos,
lo que da una idea general de lo que paso por entonces en la región
Pampeana de la República Argentina.
 |
Más allá de todo, sabemos que esta investigación recién
comienza, y que por lo menos necesitaremos una década para
lograr interpretar en forma absoluta sobre el choque del
asteroide y sus posibles consecuencias en el ambiente
prehistórico de esta parte del planeta, ya que se tendrán
que revisar y recolectar nuevas pruebas paleontológicas para
corroborar de mejor manera la influencia del impacto con la
extinción de numerosos organismos y los cambios de
corrientes oceánicas y ambientales. |
No obstante, el hecho ocurrido entre las
ciudades de Mar del Plata y Miramar hace 3,3
millones de años, no fue el único, ya que a
partir de este estudio sabemos que existieron en
Argentina la caída de cuerpos celestes, dando a
luz otros tres impactos de meteoritos menos
espectaculares, como el que ocurrió en Chasico (Tomquist)
durante el Mioceno, hace 10 millones de años, al
sur del paraje de Centinela del Mar (Partido de
General Alvarado) durante el Pleistoceno, hace
600 mil años y uno más reciente en el Holoceno
de Rió Cuarto, Provincia de Córdoba hace apenas
4 mil años, ante la presencia de antiguos grupos
humanos que transitaban la región.
La referencia más conocida y estudiada en vivo del impacto de un
asteróide sobre la superficie terrestre se produjo a mediados de
siglo XX en la antigua Unión Soviética, en el territorio de Siberia.
La explosión de un pequeño cuerpo estelar de pocos centímetros de
diámetro destruyó cientos de kilómetros cuadrados de bosques
nevados, que quedaron convertidos en un seco desierto en donde
murieron millones de seres vivos, hecho documentados con imágenes de
alta calidad.
Bibliografía
Sugerida:
P. H. Schultz, M. Zarate, W. Hames, C. Camilion
y J. King. A 3.3 – Ma Impact in Argentina and
Posible Consequences.
11 dicember 1998, Volumen 282. pp. 2061 – 2063.
J.C Heusser and G.
Claraz, Neue Denk. (Nov. Mems) der Allgemeine
Schweiz. Gessell. XXI 27. Zurich (1865).
M. A. Zarate and J. L. Fasano, Palaeogeogr.
Palaeoclimatol. Palaeoecol.
72, 27 (1989).
M, Magnussen Saffer. Un Impacto de Meteorito
entre Mar del Plata y Miramar. Boletín de
divulgación Científica Técnica. Publicación 2:
pp 3 - 8 Museo Municipal de Ciencias Naturales
Punta Hermengo de Miramar, Prov. Buenos Aires,
Argentina.
M. Magnussen Saffer. 2005. Naturaleza Pampeana,
pasado y presente. Libro Digitalizado. Museo
Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo
de Miramar, Prov. Buenos Aires, Argentina.
Transgresiones y Regresiones Marinas en la Región Pampeana.
Geomorfología Regional.
Fragmento
del articulo: Magnussen Saffer, Mariano
(2005). Transgresiones y regresiones
marinas en la Región Pampeana. Artículo divulgativo
publicado en PaleoWeb – Boletín Paleontológico. Año 3, 11: 32-35.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Es muy
raro que aparezca un fósil de origen marino en una zona terrestre. La
explicación, proviene de los diferentes estados naturales que se han
suscitado en el transcurso de los milenios.
Localmente, se denominan transgresiones marinas o ingresiones marinas a
los avances de la línea de costa sobre un espacio continental, y
regresiones marinas al fenómeno inverso.
La
orilla del mar es "fluctuante", es decir, en la época de los glaciares
el borde costero de la región pampeana se encontraba a 200 kilómetros
mar adentro, sobre el borde de la actual plataforma marítima, ya que el
agua se depositaba en aquellos fenómenos naturales, llamados glaciares,
lo cual impedía una entrada de mayor altitud.
 |
De la
misma manera, un interglaciar (el momento opuesto) hubo más agua, y hubo
momentos en que el mar subió hasta seis metros sobre el nivel actual, de
modo que lo que hoy es tierra firme, en otro tiempo se hallaba por
debajo del nivel de mar.
Durante
el Mioceno una gran parte de la Argentina estuvo cubierta por un mar
conocido ampliamente en la literatura geológica como "mar entrerriense o
paranense", del que se conocen facies marinas en el este y facies
marginales y lacustres en el oeste y nororeste del país. Los espesores
más potentes corresponden a los depósitos del subsuelo del ámbito Chaco-paranense.
<<<Algunos de los fósiles marinos
coleccionados en el Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
|
La
característica más notoria de todos estos depósitos lo constituye la
abundante y diversa fauna de moluscos restringida a las facies marinas
de las formaciones Paraná y Puerto Madryn y a las del subsuelo de la
provincia de Buenos Aires.
Las
primeras menciones sobre la existencia este mar son de índole
paleontológica y datan desde mediados del siglo diecinueve. Fueron
efectuadas por d’Orbigny (1842), quien halló moluscos marinos en los
alrededores de la ciudad de Paraná y en la desembocadura del río Negro.
Unos años más tarde, Darwin (1846) encontró la misma fauna en la
península Valdés, quedando así establecida la presencia de estos
depósitos en la Patagonia septentrional y en la provincia de Entre Ríos,
los que constituyeron, por otra parte, las primeras citas del Terciario
marino en la Argentina.
En la
región mesopotámica, los depósitos miocenos corresponden a la Formación
Paraná Yrigoyen (1969) y se restringen al borde oriental de la misma,
aflorando a lo largo del río Paraná entre Diamante y La Paz. A
diferencia de la Formación Puerto Madryn, esta unidad aflora en forma
discontinua y se caracteriza por una marcada variación facial. De
acuerdo con Aceñolaza (1976), la sección aflorante de la Formación
Paraná no supera los 30 metros de espesor y está constituida por
arcillas, arcillitas limolíticas verdosas, arenas, areniscas limolíticas
amarillentas y coquinas con matriz arenosa o calcárea.
 |
Con
respecto a los ambientes de depositación de las Formaciones Puerto
Madryn y Paraná en sus áreas tipo, los análisis paleontológicos y
paleoambientales realizados señalan la presencia de facies marinas
someras para los términos de la transgresión, que se extienden desde la
Patagonia hasta la provincia de Entre Ríos, a lo largo de una franja de
rumbo norte-sur, de aproximadamente 1100 kilómetros de longitud.<<<Ilustrativo.
Museo de Miramar. |
La
Formación Paraná habría sido depositada en un ambiente marino somero con
influencias deltaicas (Iriondo, 1973). Por otra parte, Aceñolaza y
Aceñolaza (2000) determinaron que esta unidad correspondería a una
secuencia transgresiva depositada desde ambientes aéreos o subaéreos a
submareales, representados estos últimos por barreras arrecifales.
Con
respecto a la Formación Puerto Madryn aflorante en los alrededores de la
ciudad de Puerto Madryn y la península Valdés, se determino que se trata
en términos generales de una secuencia regresiva con facies depositadas
en la plataforma por debajo de la base del tren de olas en ambientes de
baja energía, y de facies más someras depositadas en un ambiente con
dominio alternativo de mareas y tormentas (facies de lenguas arenosas
submareales, de canales de mareas, coquinas tempestíticas y planicies de
mareas) y paleosuelos.
 |
A
conclusiones similares arribaron Zucol y Brea (2000), quienes
determinaron condiciones tropicales a subtropicales húmedas para el
palmar desarrollado en el ambiente marino costero donde se habrían
depositado las sedimentitas de la Formación Paraná. La
transgresión marina llamada Mar Paranense habría comenzado hace unos 15
y 14 Millones de años, y habría concluido hace 7
y 6 Millones de años abarcando desde el mioceno medio al tardío
(algunos autores sostienen hasta comienzos del plioceno).
|
La
ingresión de este mar se dio por el río de la Plata y la cuenca del río
Salado (Provincia de Buenos Aires).
Era un
mar somero, de aguas con temperaturas levemente superiores a las
actuales y de una gran extensión areal, abarcando la casi totalidad de
la llanura chaco - pampeana y extendiéndose hasta el sur de Brasil,
Bolivia y Paraguay. El flanco oeste tenía sus costas en las cercanías de
las sierras Pampeanas, mientras que la costa oeste llegaba hasta el
actual río Uruguay. El flanco norte llegaba hasta la región del
Pantanal, en la parte superior del río Paraguay.
La
concentración salina habría ido en descenso hacia el interior del
continente, sobre todo por los aportes de agua dulce de los numerosos
ríos que desembocaban en el citado mar.
Los
movimientos de levantamiento andino en el mioceno medio habrían sido
causales del hundimiento de la llanura chaco pampeana, permitiendo así
la ingresión de aguas del Océano Atlántico al continente, mientras que
los movimientos de elevación de las Sierras Pampeanas (que ya existían
desde tiempos inmemoriales, pero por acción del levantamiento andino
sufrieron nuevos elevamientos y fracturación de sus bloques formantes) a
finales del mioceno habrían contribuido a la regresión de este mar.
 |
Durante
el Cuaternario también hubo algunas transgresiones marinas (pero no tan
importantes como la anterior) asociadas sobre todo a los periodos
interglaciares, donde el agua de deshielo de los casquetes polares
aumentaba los niveles de los océanos. Una de las más recientes fue la
denominada Mar Querandí, que ocurrió hace 7500 a 4000 años atrás,
inundando el estuario de la Plata (que fue por donde ingresó) y llegando
por el río Paraná hasta la altura de la ciudad de Diamante, Entre Ríos.
|
Durante
el Cuaternario también hubo algunas transgresiones marinas (pero no tan
importantes como la anterior) asociadas sobre todo a los periodos
interglaciares, donde el agua de deshielo de los casquetes polares
aumentaba los niveles de los océanos. Una de las más recientes fue la
denominada Mar Querandí, que ocurrió hace 7500 a 4000 años atrás,
inundando el estuario de la Plata (que fue por donde ingresó) y llegando
por el río Paraná hasta la altura de la ciudad de Diamante, Entre Ríos.
Cabe
destacar que en la historia hubo varias ingresiones (o entradas de mar)
registradas. Una de ellas data de 120.000 años y la segunda es la que
dio origen a la laguna de Mar Chiquita y los sedimentos de Punta
Hermengo hace 6.000 años (Formación Querandi).
En la
zona costera de Buenos Aires se reconocen varios niveles
correspondientes a otras tantas probables oscilaciones del nivel
marítimo. A lo largo de la costa atlántica del NE Argentino, el nivel
mas antiguo se encuentra en el interior de la Formación Ensenada, al
cual Ameghino (1889) llamo Intersenadense. Esta
transgresion, que se desarrolla a lo largo de la desembocadura del Rió
de La Plata. Otras tres pulsaciones marinas sucesivas han sido
descriptas en esta zona costera: Belgranense, Querandinense y Platense
marino.
 |
En la
zona de Miramar, se conocen depósitos referibles a la ingresion
holocenita, en particular, en la serie expuesta en la desembocadura del
Arroyo Las Brusquitas, y en facies salobres en Punta Hermengo. Ambos
poseen una antigüedad de 6000 años.
<<<Rama mandibular de Arctocephalus sp. (Lobo marino)del
Holoceno. Museo de Miramar. |
La
serie de Las Brusquitas, situada sobre la costa atlántica Argentina, en
la desembocadura del arroyo homónimo, pertenece a un ambiente marino –
salobre en el cual se suceden indicios de oscilaciones del nivel del
mar, bajo forma de depósitos con fósiles de ambientes claramente marino
costero, intercalado con depósitos fluviales y salobres.
Se
pueden encontrar en estos sedimentos, restos óseos de distintos
vertebrados, pero escasos. Se caracteriza por la gran variedad de
moluscos, como Biomphalaria, Littoridina parchappei y
Littoridina
australis entre otras, abundantes en el perfil y representativas de todo
los ambientes, dulceacuicola, salobre y mas ampliamente marino.
Hace aproximadamente 8000 años y tras una importante
desglaciación, el mar (formación Querandi) llegó hasta lo que ahora es la Ruta Nacional Nº 2
y desde el río Salado hasta San Pedro (Provincia de Buenos Aires). Cuando las aguas se retiraron
(hace unos 4000 años), el terreno adquirió una fisonomía heterogénea.
Los sedimentos salinos formaron mantos geológicos capaces de alterar el
sabor y las características de las aguas en las zonas deprimidas o bañados,
esto justifica la aparición reiterada de la palabra "salado" en
nombre de ríos, arroyos y lagunas.
Bibliografía Sugerida.
Aceñolaza,
F.G. 1976. Consideraciones bioestratigráficas sobre el Terciario marino
de Paraná y alrededores. Acta Geológica Lilloana 13 (2): 91-107.
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Aceñolaza,
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distribución regional y unidades equivalentes. En: Aceñolaza F. G. y
Herbst, R. (eds.), El Neógeno de Argentina. Correlación Geológica 14:
9-27.
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tardío en el noroeste bonaerense. Ameghiniana 27: 161-177.
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la región pampeana durante los últimos cinco millones de años. Un ensayo
de correlación con el Mediterráneo occidental. Madrid, Museo Nacional de
Ciencias de Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
1995, Monografías 12.
Bravard, A.
1858. Monografía de los terrenos marinos terciarios de las cercanías del
Paraná. Imprenta del Registro Oficial. 107 pp. Paraná. (Reimpresión
Imprenta del Congreso de la Nación, 1995).
Cozzuol, M.A.
1993. Mamíferos acuáticos del Mioceno medio y tardío de Argentina.
Sistemática, evolución y biogeografía. Tesis Doctoral, Facultad de
Ciencias Naturales y Museo, UNLP. 178 pp. Inédita.
Francesco
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1852 (Gastropoda: Hydrobiidae) en perfiles holocenos del rio Quequen
grande (Prov. Buenos Aires): significativo paleobiologico y
paleoambental. Ameghiniana 36 (3): 297-310 Bs.As.
Fidalgo, F.;
Tonni, E.P. 1983. Geología y Paleontología de los sedimentos encauzados
del Pleistoceno tardío y Holoceno en Punta Hermengo y Arroyo Las
Brusquitas (Partido de General Alvarado y General Pueyrredón, Provincia
de Buenos Aires). Ameghiniana, Vol. 20, Nos. 3-4, p. 281-296.
Firinati,
E.A. y Aliotta, S.A. 1995. Análisis tafonomico de conchillas en cordones
holocenos, Bahía Blanca, Argentina. 4 Jorn. Geológicas y geofísicas
bonaerenses (Junin) Actas 1: 89 – 97.
Herbst, R. y
Zabert, L.L. 1987. Microfauna de la Formación Paraná (Mioceno superior)
de la cuenca Chaco-Paranense (Argentina). Facena 7: 165-206. Corrientes.
Tonni E.P. y
Cione, A.L. Los mamíferos y el clima en el Pleistoceno y Holoceno en la
provincia de Buenos Aires.- Jornadas de Arqueología e Interdisciplinas,
PREP, CONICET, pp. 127-142; Climas en el Cuaternario de la Región
Pampeana y cambio global. II Seminario sobre las Geociencias y el cambio
global, Asoc. Geol. Arg., Serie D, Publ. esp. N° 2:33-35; 1995.
La Región y su Fauna Prehistórica.
Por Daniel Boh.
Museo Municipal de Miramar.
Publicado originalmente en
la Revista Espigon. Numero 02.
jdanielboh@yahoo.com.ar
Si
bien en nuestra región no es posible hallar restos de dinosaurios,
su importancia radica en que estuvo entre las primeras de nuestro
país en ser investigadas por los científicos desde el siglo 19.
En
el partido de General Alvarado se pueden hallar estratos cuya
antigüedad se remonta a casi 3 millones y medio de años, pasando por
todas las fases intermedias hasta hace unos 3000 años. Esto indica
el valor que tiene para el estudio de la evolución de aquella fauna
y los grandes cambios climáticos producidos que siguen teniendo
influencia en el presente.
Para comprender esto debemos remontarnos a 65 millones de años,
momento en el cual América del Sur termina de separarse de los
restos de Gondwana, el antiguo supercontinente del hemisferio sur,
convirtiéndose en una gran isla, permitiendo el desarrollo de una
fauna muy especial, destacándose los grandes herbívoros Edentados
como los Glitodontes y Perezosos gigantes entre otros que eran
similares a hipopótamos o grandes camellos. Aquellos no tenían casi
enemigos puesto que los depredadores eran de escaso tamaño como
Marsupiales y Aves carnívoras corredoras, cuya existencia duró unos
pocos millones de años.
 |
Ese estado
de cosas cambió hace 2 millones y medio de años cuando
finalmente se levanta lo que hoy conocemos como
Centroamérica conectando a los dos subcontinentes
americanos. Esta unión permitió que la fauna norteamericana
invada y compita con los animales locales. Debido a esto, en
esta región es posible hallar la fauna autóctona mezclada
con la invasora, representada por los Mastodontes, Tigres
Diente de Sable, Osos, Pumas, Ciervos, Caballos, Guanacos y
otros
|
En
ese tiempo comenzaron los grandes cambios climáticos, puesto que el
frío comenzó a hacerse más notable provocando las conocidas Edades
del Hielo. Hay que destacar que tales periodos Glaciales duraron más
que los cálidos provocando un deterioro constante del suelo y la
vegetación. Esa época es conocida como Pleistosceno y su final marca
también la extinción masiva en casi todo el mundo de esos
gigantescos seres. También es posible que esto haya sido acelerado
debido a la expansión de los seres humanos como cazadores más
eficientes pero por ahora es sólo una teoría.
Hace unos 10.000 años comenzó lo que se conoce como Holoceno,
posiblemente un período Interglacial cuya duración no se puede
predecir. Tal como hemos dicho al principio, el estudio de esta
región nos permitirá saber o prevenir cómo será nuestro futuro.
Los ungulados sudamericanos
extintos.
Por Mariano
Magnussen Saffer, Departamento Científico.
Laboratorio Paleontológico. Museo de Ciencias
Naturales de Miramar, Provincia de Buenos Aires,
Republica Argentina. Publicado en Paleo -
Revista Argentina de Paleontología.Ilustraciones de Daniel Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
En la zona de Miramar y Partido de
General Alvarado, tenemos sedimentos relativamente modernos, es
decir, de los últimos 4 millones de años. Justo en el Pleistoceno,
que comienza hace 2,59 millones de años y finaliza aproximadamente
hace 10.000 años, existieron unos animales muy peculiares, los
ungulados sudamericanos.
No sólo de dinosaurios vive la
paleontología, los mamíferos compartieron hábitats con esos reptiles
y aprovecharon su desaparición para pasar a dominar la Tierra.
Después de muchos millones de años
Se llaman ungulados y son
mamíferos herbívoros que se caracterizan porque sus patas terminan
en pezuñas. Caballos, rinocerontes, vacas y jirafas son apenas
algunos de los muchos que hay en la actualidad, aunque en el pasado
existió en Sudamérica una enorme diversidad comprendida por lo menos
cinco órdenes que se extinguieron por completo
 |
Son animales que vivieron
en esta región del planeta durante el Cenozoico, es decir,
desde la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones
de años, hasta el presente. Actualmente no tienen
representantes vivientes, y por ende sus relaciones
filogenéticas, es decir de parentesco, con los mamíferos
modernos es muy discutible.
<<<Toxodonte. |
Este clado llamado en realidad
meridiungulados, son mamíferos placentarios originarios
de Sudamérica, donde evolucionaron independientemente en dicha
isla-continente hasta hace unos 3 millones de años. Se los llama
también ungulados sudamericanos. No sería un grupo natural, pero se
lo mantiene para diferenciar a los ungulados sudamericanos de otros
grupos del resto del mundo.
A comienzos del Terciario, hace
entre 50 y 60 millones de años, había un mar abierto, o tal vez nada
más que una cadena de islas esporádicas, entre América del Norte y
América del Sur. Una situación similar a la actual de Australia con
respecto a Eurasia.
Durante alrededor de 50 millones
de años, o tal vez más, desde el Paleoceno hasta el Plioceno, cuando
se restableció el istmo, y se produjo el Gran Intercambio Americano,
el océano aisló a los mamíferos sudamericanos sobre un continente
apartado, que durante varios periodos estuvo separado en penínsulas
e incluso en cadenas de islas, en el que no había
ningún carnívoro placentario. Como consecuencia de esto, las
especies originales tuvieron la oportunidad de diversificarse en una
variedad de nichos ecológicos, que en otros lugares del planeta,
estaban ocupados por otros grupos.
 |
Estos meridiungulados, predominantemente sudamericanos,
muchos eran de gran tamaño pero la mayoría de especies eran
de tamaño mediano o pequeño y algunas se desarrollaron
también en Norteamérica, la Antártida y Asia, donde se
supone que se extendieron con éxito durante un tiempo, ya
que se han hallado restos en México y Mongolia.
<<<Esqueleto de Toxodon en el
Museo de Miramar. |
Las primeras formas de la mayoría
de los grupos presentan una dentadura completa, sin especializar,
característica de los primeros mamíferos y que se diferenció y
especializó mucho más tarde que la de los herbívoros de otras
ecorregiones contemporáneas, debido a la falta de competencia.
Alrededor de 1900, Florentino
Ameghino inició un catálogo que contiene clasificaciones, estudios,
comparaciones y descripciones de más de 9.000 animales extinguidos,
muchos de ellos descubiertos por él, procedentes de
la Argentina continental: Buenos Aires y Patagonia en el cual
aparecen innumerable cantidad de fósiles de este clado,
representados por los órdenes; Astrapotheria, Litopterna,
Notoungulata y Pyrotheria.
En el Pleistoceno región
pampeana, se han encontrado los dos últimos grandes representantes
del clado, el notoungulado Toxodonte y Mesotherium, y el litopterno
Macrauchenia, y fueron contemporáneas y cazadas por los grupos
humanos, ya que han evidencia de que fueron encontrados sus restos
junto a puntas de flecha y en hogueras. Se estima que coexistieron
durante 30 000 años con los seres humanos, hasta su extinción hace
8 500 años
 |
El Toxodonte (Toxodon platensis) llego a medir
unos 5 metros de largo y una masa estimada de una tonelada.
Su nombre significa "diente de arco, del plata". El tema
principal es la posición de la cabeza, la cual, al armar el
esqueleto, aparece por debajo de la altura del lomo pero,
sus ojos, narices y fosas nasales están en una posición
bastante alta. Algunos investigadores proponen, luego de
estudios de biomecánica, que la cabeza debería estar más
alta, lo que terminaría por afirmar sus hábitos acuáticos.
<<<Aspecto de Macrauchenia. |
El cráneo de este animal tiene un
tamaño de 70 centímetros y sus mandíbulas provistas de incisivos de
crecimiento continuo, cuyos esmaltes se representan en fajas
longitudinales. Se asemejaban a los actuales hipopótamos y
rinocerontes, pero sin parentesco alguno, es otro ejemplo de
evolución paralela o convergencia adaptativa, es decir, cuando dos
especies totalmente aisladas comparten nichos ecológicos similares,
desarrollando algunos rasgos morfológicos notablemente parecidos.
Su hábitat estaba conformado por
llanuras abiertas y frondosos pantanos, alimentándose principalmente
de vegetales, los cuales, podían ser extraídos con sus mandíbulas en
forma de "pala".
Se dio a conocer en el año 1916,
el hallazgo de un fémur de Toxodon chapadmalensis con
una punta de proyectil incrustada en él, descubierta en la ciudad de
Miramar y generando hasta nuestros días notables polémicas entre la
comunidad científica, considerado un fraude de la época.
 |
El Paedoterio (Paedotherium bonaerense) fue
el representante más pequeño de este grupo muy abundante.
Sus dimensiones y aspecto en vida recuerdan a la liebre
patagonica o mara (Dolichotis australis).
<<< Cráneo y Mandíbula de Macrauchenia.
En el Museo de Miramar tenemos numerosos restos de este
curioso animal. |
Su cráneo era corto y robusto con
una cierta semejanza a los de un roedor e incisivos muy prominentes
de crecimiento continuo y cincelados pero cortos, ausencia de
caninos, premolares y molares alargados. Presenta orbitas grandes
señalando posibles hábitos crepusculares o nocturnos, y miembros
adaptados para posibles hábitos terrestres y subterráneos.
El otro Notoungulado fue Mesoterio
(Mesotheium cristatum), el cual, dimensiones de
una oveja pequeña, y pesaba cerca de 55 kilogramos. Tenía unos
largos incisivos superiores, los cuales encajaban en sus puntas como
los roedores; sin embargo, tenía esmalte tanto en la superficie
labial (externa) como en la lingual (interna).
El otro representante fue
Macrauchenia patachonica, cuyo nombre significa “cuello
grande de la Patagonia”. El primer resto también fue encontrado por
Darwin en Puerto San Julián, Santa Cruz, en 1840. El nombre se debe
también al mismo científico, Owen, cuyo repertorio de nombres era
notable, ya que fue el que creó el término “dinosaurio”, entre
otros.
Su aspecto en vida es digno de una
película de ciencia-ficción. Su nombre significa "cuello largo". Sus
dimensiones eran semejantes al de los camellos actuales, pero los
orificios nasales y una gran fosa elíptica señala la presencia de
una trompa, algo más larga que la del tapir actual. Poseía largas
patas y pies ungulados, provistos de tres dígitos.
Es probable que no corriera con
mucha velocidad, ya que las proporciones de las patas traseras
estaban invertidas, como ocurren con los animales no corredores, por
ejemplo, la jirafa. Su alimentación estaba basada en vegetales de
zonas pantanosas donde pasaba la mayor parte de su tiempo, y del
pastoreo.
Algunos autores han formulado la
hipótesis de que estos mamíferos estaban adaptados a una vida
semiacuática. Sin embargo, sus restos han sido hallados no sólo en
depósitos asociados a cuerpos de agua sino también en eólicos
correspondientes a ambientes áridos y semiáridos.
Análisis de secuencias
de colágeno obtenidas del notoungulado Toxodon y del
litopterno Macrauchenia dieron como resultado que los
ungulados nativos de Sudamérica conforman el grupo hermano de
los perisodáctilos, lo que los convierte en ungulados verdaderos y
miembros de los laurasiaterios.
También tenemos representantes del
Plioceno, anteriores a estos, el Toxodon chapadmalensis
y Promacrauchenia chapadmalense. En el Museo hay
algunos restos interesantes de estos animales. Tal como podrán
apreciar, nuestra región posee una gran riqueza natural, la cual
puede ser apreciada en parte, en las salas de nuestro museo. Cuya
colección es también consultada por científicos de nuestro país y
del extranjero.
Bibliografía sugerida.
AMEGHINO, F. 1888. Rápidas
diagnosis de mamíferos fósiles nuevos de la República Argentina.
Buenos Aires, Obras Completas, 5:471-480.
AMEGHINO, F. 1889. Contribución al
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la región Pampeana durante los últimos cinco millones de años. Un
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CIONE, A.L. & TONNI, E.P. 1995a.
Bioestratigrafía y cronología del Cenozoico superior de la región
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Evolución climática y biológica de la región Pampeana durante los
últimos cinco millones de años. Un ensayo de correlación con el
Mediterráneo occidental. Museo Nacional de Ciencias Naturales,
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Monografías,
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Geología y Paleontología de los sedimentos del Pleistoceno en el
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|