Mastodontes, los elefantes extintos de
América del Sur.
Por Mariano
Magnussen Saffer, Integrante del Museo Municipal
Punta Hermengo de Miramar, Provincia de Buenos
Aires, Republica Argentina. Publicado en Paleo -
Revista Argentina de Paleontología. Ilustraciones de Daniel
Boh.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Entre los extraordinarios animales que
emigraron a nuestro continente proveniente del norte, hace
unos 2,5 millones de años, el Mastodonte fue seguramente uno
de los más impresionantes. Con solo pensar que grandes
manadas de elefantes deambulaban por nuestras tierras hasta
hace unos milenos atrás es fascinante.
Los primeros hallazgos de estos animales en
nuestro país datan del siglo XVIII y se llegó a creer que
algunos podrían ser de personas gigantes que desaparecieron
antes del “Diluvio Universal”. La particularidad de los
huesos de los elefantes es que si se arman de cierta manera,
se parecen a los de seres humanos, pero de gran tamaño.
El Mastodonte pampeano (Notiomastodon) pertenece
a la familia Gomphotheriidae, un grupo de animales
relacionados de forma distante con los mamut y elefantes
modernos. Notiomastodon parece haber tenido
un linaje de 4 millones de años ,divergiendo del clado que
contiene a Rhynchotherium y Cuvieronius alrededor
del Mioceno tardío. Esto implicaría que Notiomastodon había
evolucionado en el sur de América Central, pero esto genera
aun numerosos debates
 |
También genera discusión entre los
especialistas la denominación Notiomastodon o Stegomastodon ya
que, independientemente del género, la mayoría de
los autores considera que la especie es sinónimo de Haplomastodon.
Pero la ausencia de buenos restos fósiles en América
del Norte, plantean algunas dudas.
<<<
Aspecto de Notiomastodon (Stegomastodon)
platensis. Por Daniel Boh |
Llegó a Sudamérica durante el Gran
Intercambio Biótico Americano. Esta migración hacia el sur
la hizo a través de la ruta oriental y por las áreas
costeras del mar Caribe. Ya en Sudamérica se dispersó por
altitudes más bajas, y se adaptó mejor a las condiciones
climáticas cálidas o templado-cálidas. Inicialmente
herbívoro mixto, evolucionó hacia una dieta basada
principalmente en hojas.
Los proboscidianos en América del Sur fueron
descritos por primera vez por Georges Cuvier en 1806, pero
no pudo darles nombres específicos más allá de "Mastodonte"
que significa “dientes con forma de mama”.
Notiomastodon, que significa “mastodonte del sur"
fue nombrado por Cabrera (1929).
La especie fue descrita originalmente
por Florentino Ameghino en el año 1888. El holotipo fue
depositado en el Museo de La Plata. Se trata de una defensa
de un ejemplar adulto, proveniente de las barrancas de San
Nicolás de los Arroyos, en las costas del río Paraná, en el
nordeste de la provincia de Buenos Aires
Gran parte de Argentina se encuentran los
fósiles tribuidos a Notiomastodon platensis.
Su distribución más austral para los elefantes sudamericanos
parece no ir más abajo del área de Bahía Blanca, lo que
indicaría que el frío no era del gusto de estos animales,
dato que nos podría indicar que no tendría tanto pelo como
el mamut.
 |
La altura de Notiomastodon
platensis llegaba a los 4 metros, y su peso
a los 7500 kilogramos, estimado aparir de fosiles
extremdamente bien preservados en Colombia.
Su cráneo es alto y corto de forma elefantoidea,
poco deprimido. Sus defensas son largas,
relativamente finas, ligeramente espiraladas en los
machos y rectilíneas en las hembras, sin bandas de
esmalte.
<<<Mandibula inferior de
Notiomastodon. |
También existió otro género de Mastodonte que
llegó a Sudamérica, el Cuvieronius (Cuvieronius hyodon).
Era de menor tamaño y siguió la ruta de la Cordillera de los
Andes, por lo que solamente sus restos se encuentran en
países como Bolivia, Chile y parte norte – cuyo de
Argentina. Los colmillos eran particulares ya que estaban
ligeramente torcidos en forma helicoidal (como un tornillo).
La región pampeana es una de las más ricas en
mamíferos extinguidos y sigue aportando especímenes para que
puedan ser estudiados y admirados. Justamente, en la
localidad de Pehuén Có existe un sitio con huellas de
diversos animales extinguidos, entre ellas las de
Notiomastodon.
En nuestra región se han hallado varios
restos de Mastodonte, en su mayoría al sur de la localidad
de Mar del Sud. En el Museo de Ciencias Naturales de nuestra
localidad hay restos de colmillos, miembros y partes del
cráneo. También un molar fue hallado en la zona ubicada
entre el muelle y el vivero. Por otra parte se nos ha
referido que, en los años 60 se habían hallado colmillos en
el mismo lugar, los cuales lamentablemente se han perdido.
También hay otros registros históricos que
señalan el hallazgo de restos fósiles de Mastodontes en
Miramar.
Se han protagonizado descubrimientos muy
notables, como los realizados por Carlos Ameghino en 1913 y
luego Kraglievich en 1928.
Al igual que otros mamíferos aloctonos y
autóctonos, los elefantes sudamericanos o notiomastodontes
se extinguieron a finales del Pleistoceno. Los fósiles más
recientes y datados con carbono 14, dieron un resultado de
15 mil años de antigüedad.
Bibliografía sugerida;
ALBERDI, M.T.; CERDEÑO, E. & PRADO,
J.L. 2008. Stegomastodon platensis (Proboscidea,
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MAGNUSSEN SAFFER, M. BOH, D Y ESTARLI, C.
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XXIX Jornadas Argentinas de
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(Miramar, prov.
Bs. As, Repub.
Argentina); Aspectos paleoclimaticos. Ameghiniana 19 (1-2):
79-108.
Un escarabajo
sobreviviendo entre gigantes prehistóricos.
Por Mariano
Magnussen. Integrante de Grupo Paleo, Museo de Ciencias
Naturales de Miramar.
Fundacion Azara.
Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín
Paleontológico.
marianomagnussen@yahoo.com.ar Ilustración del
Paleoartista Daniel Boh.
La región
pampeana argentina, es ampliamente conocida en forma mundial
por la diversidad en restos fósiles de vertebrados de fines
del Plioceno y Pleistoceno, desde grandes criaturas, y otros
tan minúsculos como los de un pequeño roedor.
Si bien gran
parte de la región pampeana los restros fósiles de grandes
bestias
como el Megatherium (de 4,4 metros de altura y
el peso superior de un elefante moderno) y pequeños
vertebrados como Calomys (una
pequeña laucha) abundan a lo largo de los sedimentos del litoral marítimo
(mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces y otros). Esto
se debe a que característicamente los vertebrados están
constituidos por un esqueleto óseo interno más resistente al
tiempo y a otros agentes, compuesto por minerales,
principalmente fosfato cálcico, lo cual favorece
la preservación de sus vestigios en el registro fósil. Otros
son tan infrecuentes como los insectos y los vegetales, al
menos, en nuestra region.
Durante las III
Jornadas Regionales del Centro en la ciudad de Olavarría se
presentó un interesante trabajo titulado “Primer registro de
un Tenebrionidae (Arthropoda, Coleoptera) asociado a restos
del cráneo de un Mylodontidae (Mammalia, Xenarthra), en el
Pleistoceno Superior de Punta Hermengo, Miramar, Provincia
de Buenos Aires, República Argentina”, donde se da a conocer
el icnofosil de un escarabajo que vivió hace miles de años.
 |
En
algunos casos excepcionales, se logra identificar
moldes de algunas partes de un organismo
invertebrado. Los moldes se forman tiempo después
del que el organismo se incorpore en el sedimento,
perdiendo todo contacto con el exterior, cuando las
bacterias y otros organismos del suelo acumulan
minerales. Al desintegrarse las partes orgánicas, y
estas paredes revestidas de minerales se rellenan de
sedimento o solamente quedan totalmente huecas,
preservando la forma original, e incluso, detalles
muy íntimos de la estructura. |
Durante el
Cenozoico, el número de géneros de escarabajos con
representantes actuales fue aumentando paulatinamente. Así,
en el ámbar báltico del Eoceno, más de la mitad de los
géneros registrados han sobrevivido hasta la actualidad, y en
el Mioceno la mayoría de los géneros aun tienen
representantes vivientes. Los fósiles del Cuaternario
son en su mayoría perfectamente adjudicables a especies
actuales y prácticamente no se conocen extinciones o
especiaciones durante este período, pero sí grandes cambios
en la distribución geográfica de muchas especies en
consonancia con los cambios climáticos.
En diciembre de
2002, se recuperó la mandíbula y parte del cráneo de un Scelidotherium
leptocephalum, un perezoso gigante extinto de unos
3,5 metros de largo y de una tonelada de peso, por debajo de
sedimentos lacustres de la localidad fosilífera de Punta
Hermengo, sobre la zona sur de la ciudad de Miramar,
históricamente conocida por el aporte de material
paleontológico de vertebrados del Pleistoceno
medio-superior.
Cuando el
personal del Museo Municipal de Miramar se encontraba en las
tareas de limpieza del cráneo, se retiró un fragmento de
sedimento, que al quebrarse expuso dos moldes negativos de
un individuo coleóptero.
 |
La presencia de Scelidotherium
leptocephalum es un buen referente estratigráfico y
cronológico, por lo cual, lo consideramos como un espécimen
fundamental para conocer la antigüedad de los terrenos donde
se recuperó el escarabajo. Se pudo reconocer en dos
fragmentos de sedimentos que se unían a la perfección, los
moldes de los elitros por un lado, y los ventritos por otro,
de este curioso escarabajo. El molde natural del animal seguramente se
formó poco tiempo después de la muerte del coleóptero. |
Debido a la
ausencia de la cabeza y patas del mismo y de las condiciones
tafonomicas observadas, en el molde solo se conservaron los
restos que fueron sepultados. La exposición del cráneo del
perezoso gigante a la intemperie durante un buen
tiempo, podría ser un indicador de que ambos organismos
estuvieron a la intemperie antes de ser cubiertos por
sedimentos.
Luego de varias
comparaciones y consultas bibliografías, se determinó que el
coleóptero pertenece a la Familia: Tenebrionidae (Latreille,
1802). Luego en el laboratorio se pudo comprobar que se
trataba de un ejemplar de un escarabajo del género Scotobius,
los cuales existen actualmente y se los llama comúnmente
“viejitas”, siendo posible hallarlos en primavera – verano
en esta zona.
Los
Tenebrionidae, en la actualidad, es una gran familia de
coleópteros, conocida por unas veinte mil especies
descritas. Su tamaño oscila entre 1 y 80 mm; son
predominantemente de coloraciones oscuras, de donde deriva
su nombre. Son básicamente detritívoros, ósea, se alimentan
de los desechos tardíos en descomposición de un cadáver,
como cuero pegado en los huesos, tendones etc, y
especialmente diversos en ambientes esteparios y desérticos.
Los detritívoros constituyen una parte importante de los
ecosistemas porque contribuyen a la descomposición y al
reciclado de los nutrientes
 |
Tenebrionidae es
una familia con gran diversificación cuyos miembros podrían
ser mal identificados dentro de otros grupos de Coleoptera,
incluyendo familias tan distantemente relacionadas como
Carabidae y Curculionidae. Como son definidos hoy en día,
los Tenebrionidae incluyen a los antes Alleculidae,
Lagriidae y Nilionidae. Según los datos obtenidos en
estudios comparativos, se determina que el molde
recuperado junto a los restos del cráneo y mandíbula
de un Mylodontidae corresponde a un escarabajo coleóptero de
la familia Tenebrionidae cuya presencia en la región es
conocida en la actualidad. |
Por ahora, no se
ha identificado correctamente la especie del mismo,
cuyos estudios y observaciones se harán en un futuro
próximo, debido a la pobreza del registro fósil en la región
pampeana argentina sobre la presencia de vestigios fósiles
al respecto, y cuyo organismo es un indicador importante en
aspectos paleobiologicos y paleoclimaticos.
Lo que se puede
especular sobre estos dos organismos, es que el escarabajo Tenebrionidae podría
haberse alimentado de los restos de materia orgánica
del perezoso gigante, siendo los datos aquí reunidos,
congruentes con los antecedentes disponibles sobre esta
familia de coleópteros y el primer registro en su tipo sobre
la asociación faunistica durante el Pleistoceno.
No siempre es
posible que se conserven los moldes de los insectos, ya que
en sí, es un hecho bastante raro. Es más común observar la
actividad de ellos como en el caso de las hormigas, las
cuales provocan grandes cambios en el terreno en donde
nidifican y en varios sitios de nuestro distrito se los
puede ver si se tiene la paciencia necesaria, y se sabe
reconocer el aspecto de las galerías. Se han hecho estudios
sobre los mismos llegando a determinar la especie a la que
perteneció, siendo por ejemplo un importante dato a tener en
cuenta para descubrir de manera aproximada el tipo de clima
de ese momento.
 |
Los mismos
fueron realizados por el técnico José Laza del Museo
Argentino de Ciencias Naturales, quien desarrolló los
métodos para identificar los antiguos nidos. De esta manera
se ha podido comprobar, al combinarlos con otros indicadores
ya estudiados, la variación climática durante millones de
año. Gracias a este trabajo es posible reconocer, que
hormigas de las zonas más cálidas se habrían desarrollado en
nuestra región, además de la presencia de termitas y sus
nidos. En cambio durante los períodos más fríos, tanto la
fauna de mamíferos e insectos eran de origen patagónico, lo
que nos indica una gran variación en las condiciones
climáticas. |
Por otra parte,
a principios del siglo XX, los hermanos Carlos y Florentino
Ameghino, habían hallado restos de animales fósiles, los
cuales mostraban indicios de haber sido tapados muy
rápidamente. Esto se comprobó debido a que pudieron
reconocer los moldes dejados por las larvas de las moscas
que aprovecharon el cadáver en descomposición. Este notable
hallazgo pudo probar que en ciertos momentos el clima era
muy seco y ventoso, el cual tapaba en poco tiempo los restos
de flora y fauna. Por otra parte también se han encontrado
marcas sobre los huesos que indican la actividad de varias
especies de insectos que actuaban sobre los mismos.
Recientemente se
ha hallado evidencia de actividad de antiguos escarabajos
peloteros del icnogenero Coprinisphaera que
actualmente viven en el norte de nuestro país. Los mismos
forman pequeñas esferas usando el estiércol de los
mamíferos. En este caso, este nido de escarabajo corresponde
al Plioceno, hace unos 3 millones de años y recuperados por
el autor del texto en la zona conocida como “Náutico de
Miramar”
De esta manera
la Paleontología usa varios métodos para estudiar las
antiguas condiciones climáticas que afectaban a nuestra
región y hasta podría anticipar los cambios que se pueden
suceder en los tiempos que vendrán.
Bibliografía
sugerida.
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Coleoptera) asociado a restos del cráneo de un Mylodontidae (Mammalia,
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Tschinkel, W. R.
1981. Larval dispersal and cannibalism in a natural
population of Zophobas atratus (Coleoptera:
|
Cambios
Climáticos. |
Antiguas Pruebas
y Posibles Causas. |
Por Daniel Boh.
Museo Municipal de Miramar. Publicado originalmente en la Revista El
Espigon. Numero 10.
jdanielboh@yahoo.com.ar
Desde hace más
de un siglo que se dispone de mediciones que nos indican que se
están produciendo cambios en el clima a nivel global. Es
frecuente atribuir estos cambios exclusivamente a la acción
humana, cuya actividad da lugar a un aumento en la concentración
de gases de efecto invernadero, tales como el Dióxido de
Carbono, que producen un calentamiento gradual del planeta. Este
planteo olvida considerar los estudios de paleontólogos y
geólogos que indican que la variación del clima es un fenómeno
que se produce naturalmente desde los tiempos más remotos.
Durante los
últimos 800.000 años, época geológica conocida como Cuaternario
Tardío, el clima mundial estuvo especialmente determinado por
los llamados Ciclos Glaciales. Este se caracteriza por oscilar
entre Períodos Glaciales, en los que el clima fue
particularmente riguroso debido a las bajas temperaturas, y los
Períodos Interglaciales, en los que el clima fue más cálido que
el de la época actual. Se supone que la sucesión de estos
períodos seguiría desarrollándose en el futuro y que la
situación presente corresponde a una época Interglacial que se
inició hace más de 10.000 años.
Hace unos 20.000
años, durante la parte final del último ciclo glacial, el hielo
cubrió un tercio de la superficie de los continentes y alcanzó
un espesor de varios kilómetros en gran parte de América del
Norte y de Europa. La masiva transformación de agua líquida en
hielo determinó que el nivel del mar descendiera a 100 metros
debajo del nivel actual. En América del Sur provocó que especies
animales de zonas frías emigraran hacia el norte. Por ejemplo en
la provincia de Buenos Aires habitaban mamíferos de la región
patagónica.
CICLOS EN EL
MOVIMIENTO TERRESTRE
La existencia de
períodos glaciales, llamados también Glaciaciones, fue inferida
por primera vez en 1837 por el biólogo suizo-norteamericano
Louis Agassiz. Este investigador obtuvo datos geológicos que
indicaban que las glaciaciones de los Alpes se habían expandido
en el pasado a las tierras bajas que los circundaban. Esto lo
llevó a sugerir que, en un tiempo geológico no muy lejano, el
clima habría sido mucho más frío que en la actualidad. Esta
hipótesis se vio reforzada por estudios realizados por el mismo
Agassiz en Escocia y Estados Unidos.
 |
En 1842, el
matemático francés Joseph Adhémar sugirió que las
glaciaciones podrían haberse originado por factores
astronómicos que causaron una disminución en la cantidad
de radiación solar que la Tierra recibe. Durante la
década de 1860, el escocés James Croll, científico
autodidacta que se desempeñaba como conserje en el
Andersonian College and Museum de Glasgow, presentó una
novedosa teoría para explicar las glaciaciones.
|
La
idea de Croll se basó en los cálculos que había realizado el
astrónomo francés Urbain Leverrier para predecir las variaciones
de la excentricidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Según Croll, las complicadas interacciones gravitatorias en el
sistema solar hacen que la forma de la órbita terrestre cambie
de modo regular y previsible, pasando de ser casi circular a una
forma de elipse algo estirada. De acuerdo a este, cuando la
órbita es circular, se dan las condiciones cálidas
características de un Período Interglacial, mientras que la
órbita alargada corresponde a los Períodos Glaciales. Croll
sostenía que si los inviernos eran fríos la nieve podía
acumularse con mayor facilidad, reflejando la radiación solar
manteniendo la Tierra fría. Si durante los inviernos del
Hemisferio Norte la Tierra estaba lejos del Sol debería
producirse una glaciación.
Entre las
décadas de 1920 y 1930, el astrónomo yugoslavo Milutin
Milankovitch, calculó las variaciones en la cantidad de
radiación solar que recibe la Tierra debidas a cambios en los
movimientos de traslación y de rotación del planeta, y propuso
un mecanismo astronómico para explicar los Ciclos Glaciales
basado en tres factores. El primer factor es la Inclinación del
Eje de Rotación Terrestre. Al aumentar su ángulo, las estaciones
resultan más extremas en ambos hemisferios (veranos más cálidos
e inviernos más fríos). Actualmente el eje de la Tierra está
desviado 23,44 grados con respecto a la vertical, esta variación
fluctúa entre 21,5 y 24,5 grados a lo largo de un período de
41.000 años.
 |
Un segundo factor que acentúa las
variaciones entre las estaciones es la forma de la
órbita terrestre. Con un período de aproximadamente
100.000 años, la órbita se alarga y acorta, lo que
provoca que su elipse sea más excéntrica y luego retorne
a una forma más circular. La excentricidad de la órbita
terrestre varía desde el 5 %, correspondiente a una
órbita casi circular; al 6 % en su máximo estiramiento.
Cuando se alcanza la excentricidad máxima, se
intensifican las estaciones en un hemisferio y se
moderan en el otro. |
El tercer factor
es la “precesión” o bamboleo del eje de rotación de la Tierra,
que describe una circunferencia completa aproximadamente cada
23.000 años. La precesión determina si el verano en un
hemisferio cae en un punto de la órbita cercano o lejano al Sol.
El resultado de esto es el refuerzo de las estaciones, cuando la
máxima inclinación del eje terrestre coincide con la máxima
distancia al Sol. Cuando esos dos factores tienen el mismo
efecto en uno de los hemisferios, se tienen consecuencias
contrarias entre sí en el hemisferio opuesto.
Milankovich,
además incorporó una idea del climatólogo alemán Wladimir Köppen
en su teoría astronómica. Esta fue la sugerencia de que la causa
inmediata de una glaciación se debe a la reducción de la
irradiación solar en verano, con la consiguiente disminución de
la fusión de los hielos formados durante el invierno y no a una
sucesión de inviernos rigurosos, como pensaba Croll.
Los ciclos
nombrados por la teoría de Milankovitch fueron confirmados
experimentalmente por Cesare Emiliani en la década de 1960. Este
científico utilizó el oxígeno presente en el carbonato de calcio
que compone los caparazones de microfósiles del fondo oceánico
para calcular las temperaturas del último millón de años de la
vida en la Tierra, midiendo la abundancia de los distintos
isótopos del oxígeno.
EL HIELO DE
VOSTOK
Hace unos años,
un grupo franco-ruso pudo identificar la composición atmosférica
durante los períodos de expansión y retroceso de los glaciares
realizando determinaciones en el hielo antártico en las
cercanías de la Base Vostok. El hielo es perforado
perpendicularmente a la superficie y las muestras que se extraen
llamadas Testigos conservan en su interior burbujas de aire
atrapadas que son estudiadas. Se pudo así, obtener información
que se remonta a los últimos 160.000 años. También se realizaron
investigaciones similares en Groenlandia.
Los primeros resultados, publicados en 1987, indican
fluctuaciones de temperaturas de hasta 10 grados. También
muestran la forma en que variaron las concentraciones de algunos
gases atmosféricos con la temperatura a lo largo de ese
intervalo. Se comprobó que cuando las temperaturas eran
elevadas, la concentración de Dióxido de Carbono en la atmósfera
era mayor. Estos resultados, sin embargo, no pueden discriminar
si la elevación de temperatura es causada por el incremento de
la concentración de este gas o si este es provocado por el
aumento de la temperatura.
 |
En 1997, el
mismo equipo de investigación anunció nuevos resultados, que
extendieron la información a más de 400.000 años atrás. Se
publicó un gráfico en donde se observan claramente los ciclos de
23.000, 41.000 y 100.000 años citados anteriormente.
En ese
estudio, las temperaturas del pasado se estimaron
determinando las cantidades de Deuterio (isótopo natural
del hidrógeno) en el hielo.
|
Otro indicador de las temperaturas del
pasado fue la variación de la conductividad eléctrica del hielo.
Ambos parámetros muestran variaciones en función del tiempo,
coincidentes con los resultados obtenidos por otros
investigadores que midieron la cantidad de cierto tipo de
oxígeno en las conchillas fosilizadas de organismos
microscópicos marinos denominados Foraminíferos.
EL SOL TAMBIÉN INFLUYE
Las Manchas Solares son zonas oscuras sobre la superficie del
Sol, cuyos tamaños pueden superar varias veces al de la Tierra.
Existen registros chinos de observación de manchas solares a
simple vista, desde hace más de dos mil años.
En 1908 George Ellery Hale, del Observatorio de Monte Wilson (EE.UU.)
demostró mediante técnicas espectroscópicas, que todas las
manchas solares se hallan asociadas a fuertes campos magnéticos.
La actividad del Sol también se manifiesta por otros fenómenos
magnéticos como las fulguraciones y el viento solar, que
proyectan partículas subatómicas hacia el espacio
interplanetario y es responsable de buena parte de la radiación
cósmica que bombardea a nuestro planeta. En 1843, Heinrich
Schwabe, un aficionado a la astronomía, publicó un informe sobre
sus observaciones de las manchas solares entre 1826 y 1843. En
él se advertía que el número de manchas registradas no era, ni
siquiera en
promedio, constante a lo largo del tiempo, sino que aumentaba y
disminuía de una manera cíclica y alcanzaba un valor máximo,
aproximadamente, cada once años.
En dos publicaciones aparecidas en 1887 y 1889 el astrónomo
alemán Gustav Spoerer llamó la atención sobre un período de 70
años, que finalizó aproximadamente en 1716, durante el cual se
interrumpió el ciclo de las manchas solares. Esta observación
fue confirmada en 1894 por Walter Maunder, del División Solar
del Observatorio Real de Greenwich, cuya paciente búsqueda de
antiguos registros astronómicos le permitió corroborar la
conclusión a la que había llegado Spoerer. En reconocimiento al
esfuerzo que realizó Maunder durante toda su vida, al período de
déficit de manchas solares se designa como el Mínimo de Maunder.
Se cree que durante uno de esos períodos se produjo lo que se
llama Pequeña Edad de Hielo, que se manifestó más intensamente
durante los siglos 16 y 17, cuando las temperaturas fueron 0,5
grados menores que el promedio en los últimos tres siglos.
Científicos de Harvard y del Observatorio Monte Wilson indicaron
que desde 1750 hasta 1990 se ha intensificado el brillo solar
entre 0,1 % y 0,2 % coincidiendo con el aumento de las manchas
solares.
NO TODO VIENE DEL ESPACIO
Además de los factores astronómicos considerados hasta ahora,
también producen variaciones climáticas las fluctuaciones en la
concentración de gases responsables del efecto invernadero, la
actividad volcánica, los cambios en las corrientes oceánicas y
la configuración de los continentes. Los cambios de los climas
que se han citado produjeron modificaciones en la poblaciones de
la flora y fauna a través de las extinciones, adaptación y
migración de especies.
¿QUÉ PASÓ EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS?
Los estudios de científicos como Eduardo Tonni de la Universidad
de La Plata y de Alberto Cione del CONICET, indican que el clima
fue cambiando. Variando de condiciones frías y secas hace unos
20.000 años, tal como la actual Patagonia, hasta húmedo y cálido
como el sur del Brasil. Para determinar esto se estudió la
distribución geográfica de especies cuyos restos fósiles se
hallan en la región. Desde hace 200 siglos y hasta hace 7000
años, nuestro territorio era parecido al norte de la región
patagónica, árido y frío, con extensas zonas arenosas
transportadas por el viento y vegetación de estepa,
influenciados por los glaciares que bajaban de la Cordillera de
los Andes.
La temperatura global había descendido a 5 grados menos que los
actuales, provocando que gran parte del agua se transformara en
hielo. Esto restó agua a los océanos provocando un descenso del
nivel del mar de aproximadamente 120 metros, desplazando la
costa bonaerense hasta unos 300 kilómetros al Este de su línea
actual. Estas condiciones continuaron hasta hace unos 10.000
años con pequeñas variaciones de temperatura, hasta que unos
7000 años atrás las condiciones variaron de tal manera que el
nivel del mar subió inundando la actual zona costera y la
invasión de cauces fluviales. Este evento calificado como
catastrófico provocó el derretimiento de los hielos y la
expansión de los océanos. Estas condiciones se mantuvieron hasta
hace unos 3000 años, volviendo las condiciones de clima más
frío.
En nuestros tiempos, la actividad humana genera nuevos cambios
climáticos.
La investigación conjunta de los factores naturales y los
derivados de la actividad humana nos conducirá a un diagnóstico
más preciso del clima en el futuro y la propuesta para las
medidas a tomar para afrontar los peligrosos cambios ambientales
que pueden ocurrir.
Bibliografía:
BERTON,
M. (1992). Dinosaurios y otros animales prehistóricos.
Ediciones Lrousse Argentina S.AI.C.
NOVAS, F. 2006. Buenos Aires hace un millón
de años. Editorial Siglo XXI, Ciencia que Ladra. Serie
Mayor.
TONNI, E. 1994. La historia
de un arroyo. Un encuentro con los fósiles. Editorial Lumen.
24 Páginas. Idioma Español.
TONNI E. Y PASQUALI R. 1998.
Mamíferos Fósiles - Una historia de 65 millones de años.
Edición de los autores. Buenos Aires, Argentina. 79 paginas |
Los Misterios de
Centinela del Mar.
Por Daniel Boh.
Museo Municipal de Miramar. Publicado originalmente en la Revista El
Espigon. Numero 10.
jdanielboh@yahoo.com.ar
Si hay un lugar
que los habitantes de nuestro Partido consideramos como
misterioso es, seguramente, la localidad de Centinela del Mar.
Ubicada en el límite con Lobería, lejos de todo y con escasos
habitantes es el mejor lugar para pasar una aventura al aire
libre.
De los pocos datos que tenemos sobre ella podemos decir que fue
fundada en los años 40 aproximadamente, por Augusto Otamendi
sobre un campo de su propiedad. Probablemente su nombre se
refiere a una formación rocosa, ya erosionada, que semejaba un
rostro mirando al mar.
 |
Originalmente pertenecía a Lobería pero en el año 1959
se anexaron a nuestro Distrito 33.000 hectáreas de dicho
partido, gracias a una gestión del entonces Senador
Carmelo Camet. La superficie abarca todos los campos
entre los arroyos El Chocorí y La Nutria Mansa, hasta
las inmediaciones de Mechongué, por lo que Centinela
quedó incorporada en el paquete. |
En la localidad
la energía eléctrica era suministrada por un grupo electrógeno
en una usina que dejó de funcionar hace mucho y cuyo local ahora
es un pequeño museo. Esto no permitió su desarrollo hasta que en
los años noventa se realizó la conexión a la red eléctrica.
También es posible observar los cimientos de varias viviendas de
un emprendimiento que no prosperó y un hotel que recientemente
fue vendido y tapiado. De todos modos esto no impidió que
durante años ya funcionaran un colegio, almacén, capilla, etc.
por medio del ingenio de sus escasos habitantes, de los que
rescato los apellidos Nochetti, Guariglia , Gielger, entre
otros.
EL MAGNETISMO
DEL LUGAR
No es un título
metafórico, puesto que en esa localidad se extraía hasta hace
pocos años Magnetita; un mineral de hierro que es posible
también hallar en playas más cercanas. El mismo tiene origen en
algún yacimiento submarino y se deposita en forma de arena negra
desde Mar del Plata hasta Bahía Blanca. Ya a principios del
siglo XX se conocía su existencia y se recomendaba su
explotación. Personalmente tuve la oportunidad de conversar con
el señor Guariglia, quién se dedicaba a la recolección de esta
arena por medio de un gran pala que era arrastrada por un viejo
camión “Canadiense” de la Segunda Guerra del cual sólo quedaba
el chasis y el motor. El mineral era luego enviado a Tres
Arroyos para ser usado en fundición. También existe la versión
que anteriormente se usaba un gran imán y una grúa.
EL LEGADO
PREHISTÓRICO
El nombre de la
localidad es muy conocido por paleontólogos, arqueólogos y
geólogos de nuestro país y el extranjero, debido a varios
motivos. Principalmente se reconoce que allí existe una gran
capa de terreno que corresponde al Período Belgranense (hace
unos 120.000 años) , tiempo en el cual el mar se hallaba a un
nivel superior al actual (posiblemente 4 metros), inundando
hasta algunos kilómetros el interior del continente. Las pruebas
de este acontecimiento son escasas debido a que el mar actual
erosiona los yacimientos. Frente a nuestro Vivero también es
posible hallar algunas pruebas de tal evento, especialmente
restos de moluscos.
 |
En el caso de Centinela es el único y más
grande lugar con ese sedimento en América del Sur, el
cual está compuesto por arena de la antigua playa y las
dunas que quedaron petrificadas desde entonces. Su
estudio posibilitará comprender los cambios climáticos
que se han sucedido durante milenios. También es un sitio
de importancia por la fauna fósil que es posible hallar.
Tanto que se ha propuesto denominarla como “Fauna
Centinela” por los investigadores del Museo de La Plata,
ya que si bien el tipo de fósiles que se encuentran allí
no son nuevos, sí lo es la asociación faunística, o sea
que la diversidad de los antiguos animales es típica del
lugar. |
También en
arqueología se han hallado elementos de gran importancia, ya que
cerca de allí fue excavado en el año 1913 un túmulo con varios
restos óseos, siendo algunos de ellos de individuos que murieron
en otras tierras y fueron llevados al lugar como última morada.
El hallazgo tuvo gran trascendencia puesto que es muy raro
encontrar monumentos funerarios en la zona pampeana y es una
referencia constante en muchos trabajos de investigación.
Por último hasta los eventos espaciales también tienen su lugar,
ya que recientemente se han hallado pruebas de la caída de dos
meteoritos hace unos 200.000 y 400.000 años respectivamente. Lo
extraño del caso es que el más antiguo se encuentra en la parte
superior, lo que es imposible teniendo en cuenta la forma en
como se han depositado los terrenos de nuestra región. La
explicación es que los restos, que están compuestos de terreno
calcinado por el impacto, son más livianos que el agua y fueron
transportados desde otro sitio, una vez que el antiguo mar del
Belgranense erosionó el lugar original y los depositó en
nuestras costas hace unos 100.000 años.
PARA DEFENDER EL
LUGAR
Recientemente se
ha promulgado una ordenanza con su correspondiente decreto que
declara a Centinela del Mar como Sitio de Interés Geológico. La
idea es preservarlo para que pueda ser estudiado en el futuro,
por lo que se está trabajando para que sea declarado como
Reserva Natural Provincial ya que sus características son
perfectamente compatibles con los requisitos de la Ley
provincial que reglamenta la creación de tales lugares. Será la
primera y quizás única Reserva de ese tipo para nuestro Partido
y la oportunidad de aprovechar y conservar el rico patrimonio
natural que poseemos.
Centinela de Mar como sitio de interés
Geológico y Paleontológico.
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Recientemente fue promulgada la
Ordenanza Nº 203/08 en la que se declara
a la zona costera de la localidad de
Centinela del Mar (65 km al sur de la
ciudad de Miramar, Prov. de Buenos
Aires) como Sitio de Interés Geológico y
Paleontológico puesto que se encuentra
dentro de la tipología expuesta en la
Ordenanza Nº 248/88. Este es un primer
paso para un proyecto más ambicioso que
es declarar al lugar como Reserva
Natural Provincial, |
según la Ley Nº
10907 que regula la creación de dichos
ambientes.
En este caso sus características e
importancia reúnen las condiciones exigidas en
dicha Ley, particularmente dentro del ítem
f) del Artículo 4 y del ítem c.3.) del Artículo
10. La iniciativa fue impulsada por el Museo
Municipal Punta Hermengo de Miramar y la
Dirección de Cultura, por sugerencia de los
investigadores del Instituto de Geología de
Costas de la Universidad de Mar del Plata.
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La
principal característica del balneario es que en
su costa existe un acantilado muy alto, el cual
desde mitad hacia arriba está compuesto de arena
consolidada, es decir antiguas dunas que estaban
en una costa más alta que en la actualidad,
debido a mayores temperaturas mundiales. Esto
ocurrió en el Período Belgranense, hace unos
100.000 años, en el que los océanos invadieron
los continentes, para luego retirarse al volver
un nuevo Período Glaciar, dejando la arena de
esas antiquísimas playas. |
Durante los
últimos 2 millones de años las temperaturas
fueron variando por factores naturales y
diversos, en los que se alternaron Períodos
Glaciares con otros más cálidos. Las pruebas de
estos sucesos son siempre muy raras de encontrar
para ser estudiadas y en el caso de aquella
localidad es posible que sus características
sean únicas en América del Sur. Por otra parte
según los Paleontólogos es posible hallar un
tipo de asociación de fauna típica del lugar, o
sea los animales fósiles hallables juntos en un
lugar determinado y no en otro. Por si esto
fuera poco también se ha encontrado evidencias
de la caída de dos meteoritos hace unos 200.000
y 400.000 años, las cuales fueron investigadas
por científicos de Estados Unidos, Francia,
Austria y Argentina.
Una protección especial del
lugar permitirá que pueda seguir siendo sitio de
importancia para investigadores de todo el
mundo y por otra parte generará un interés
turístico especial, ya que se está imponiendo el
turismo científico que se implementa actualmente
en varias regiones de la Patagonia, con las
repercusiones que el mismo genera en diversos
medios.
Bibliografía:
BERTON,
M. (1992). Dinosaurios y otros animales prehistóricos.
Ediciones Lrousse Argentina S.AI.C.
NOVAS, F. 2006. Buenos Aires hace un millón
de años. Editorial Siglo XXI, Ciencia que Ladra. Serie
Mayor.
TONNI, E. 1994. La historia
de un arroyo. Un encuentro con los fósiles. Editorial Lumen.
24 Páginas. Idioma Español.
TONNI E. Y PASQUALI R. 1998.
Mamíferos Fósiles - Una historia de 65 millones de años.
Edición de los autores. Buenos Aires, Argentina. 79 paginas.
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